¿Qué es la transposición? Wolf podría definirla mediante un
oxímoron: “cómo olvidar recordando”. Esto da cuenta de una
paradoja, de una dificultad materialmente insoluble de que aquello que preexiste desaparezca permaneciendo. Ese origen no puede eliminarse del todo pero tampoco puede estar totalmente porque eso anularía la voluntad misma de la operación.
Por definición, el texto literario tomado para hacer un filme es deformado o alterado y lo que queda es el modo en que el director, los guionistas y los actores leyeron o interpretaron ese material. Al mismo tiempo, la conciencia de que una transposición sólo es una versión de tantas imaginables, deja en evidencia su condición provisoria, de elección posible pero parcial, que podría ser refutada o no, completada o ignorada por futuras transposiciones. Las transposiciones nunca serán una lectura difinitiva o única, sino modos de apropiarse de los textos literarios. La apropiación es una clase de vínculo entre dos disciplinas. La idea de fidelidad pretende salir al cruce y negar la idea de apropiación convirtiéndose en policía secreta con derecho a custodiar el origen. La palabra fidelidad es útil si se la entiende como sinónimo de clase de relación con respecto al sentido de las operaciones y caminos por los que transitó el cineasta.
La lectura adecuadaSuele denominarse así a la que da cuenta de procedimientos de transposición que no afectan el desarrollo de la trama, respetando disciplinadamente los pasos que propone el argumento. Hablar de lectura adecuada no implica sancionar como correctos ciertos procedimientos sino destacar los casos en que la lectura que se hizo procuró seguir determinadas direcciones rastreables en ellos, vale decir: pensar los materiales de ese otro medio que es el cine sin dinamitar ese estadio anterior que era el libro.
La lectura aplicada o el estilo ausenteS. Wolf toma la idea de “fidelidad insignificante” para referirse a un espesor análogo al del texto literario que no pudo lograrse pues no cualquier transformación implica beneficio para el film. Que haya transformaciones es inevitable pero su productividad va a depender del criterio que las anima. No consigue pensar en la literatura ni en el cine, esas obras terminan dibujando una zona de nadie, tan neutra y anónima como una obra sin autoría ni estilo, porque no hay rasgos en la utilización de los materiales del cine que nos hagan olvidar sus antecedentes literarios.
La lectura inadecuadaLo que aparece es una asimetría de lecturas o interpretaciones del libro que sirvió de origen al filme. Las objeciones que pueden formularse no sólo tienen que ver con un modo de leer correcto o incorrecto sino de aceptar la idea de Paul Ricoeur cuando afirma que la acción de interpretar consiste en seguir la senda abierta por el texto. Pero esa senda ¿puede o debe seguirse? Porque aunque es cierto que es imposible clausurar el sentido de una obra, también es cierto que no todas las interpretaciones son pertinentes. Entonces, ciertas sendas que se siguen, al leer un texto de una manera, ponen al descubierto mayores o menores pertinencias con el autor y su visión de mundo, con su modo de narrar, con lo que hizo que el texto fuera lo que es.